
El paradigma de garantizar la información unidireccional de cara al público interno ha cambiado y obliga a las organizaciones a generar canales más flexibles.
Comunicarse de manera efectiva con los empleados de la compañía parece ser una tarea sencilla a simple vista. Se piensa que basta con generar canales de comunicación y poner a viajar por ellos mensajes e información relevante para la compañía y que sea de importancia para los empleados desde el punto de vista de la empresa. Pero esta no es una tarea así de simple, ya que para alcanzar una comunicación efectiva lo primero que se debe tener en cuenta es el objetivo de la comunicación, qué se quiere lograr con la entrega de información es fundamental. Lo segundo es el cómo, puesto que la comunicación interna debe ser bidireccional y constante. Es un error plantear únicamente un sentido descendente. Es ahí donde radica la diferencia entre comunicación e información. Para que haya comunicación, debe existir la posibilidad de respuesta. Finalmente, definir los medios que se van a emplear para que el mensaje llegue a nuestro público.
De acuerdo a lo anterior, resulta que la comunicación adecuada con los colaboradores deja de ser una tarea fácil de ejecutar. Es importante tener en cuenta que el consumo de información ha cambiado, hoy en un mar de noticias, las personas eligen el tipo de información que quieren conocer, qué temas desean profundizar, además determinan cuándo hacerlo y más importante es que por las dinámicas de los medios actuales buscan expresar su opinión sobre los temas informativos que consultan. Acoplarse a estas nuevas formas de consumo de la información es el verdadero reto de la comunicación efectiva al interior de las compañías.
El paradigma de garantizar la información unidireccional de cara al público interno ha cambiado y obliga a las organizaciones a generar canales más flexibles, que puedan ser consultados en el momento que el colaborador quiera, que le permita informarse con datos relevantes para sí mismo y sus labores, pero que además tengan la posibilidad de expresar sus opiniones sobre los diversas temáticas.
Claves para comunicarnos con el público interno:
- Determinar objetivo de la información: que se quiere lograr con la comunicación.
- Enfocar los mensajes y segmentar las audiencias: los mensajes planificados estratégicamente puede ayudar asegurar que todos los empleados reciban la información que necesitan.
- Priorizar los mensajes: es mejor comunicar algunos puntos claves y no muchos ya que existe el riesgo de perder la atención de la audiencia.
- Mantener la objetividad: es importante mantener el objetivo de la comunicación en mente más que la herramienta.
- Medir y controlar la efectividad: de gran importancia lo que no se mide no se mejora.
- Escuchar más que hablar: haga caso a la retroalimentación de los empleados, esto dará claves para mejorar la comunicación interna.
Canales tradicionales como Intranet se quedan cortos ya que la mayoría de las veces solo pueden ser consultados desde el computador de la oficina, es decir que el empleado solo podrá conocer su contenido durante su tiempo laboral, a veces pasan días sin que se pueda acceder por carga laboral del día.
Los mensajes que son enviados por mailing a veces son borrados, marcados como spam o consultados después de tiempo cuando ya no es relevante. Sin contar con lo más importante en el consumo de información y es que estas dos herramientas tecnológicas por lo regular no tienen la posibilidad de recibir feedback por parte del empleado. Al final el resultado que se obtiene es que no conocemos la efectividad de los mensajes que viajan a través de estos medios, no sabemos si la información llegó a las personas en el momento adecuado y qué impacto tuvo sobre ellas. Ni que hablar de la posibilidad de encontrar tendencias o métricas que nos permitan conocer en qué tiempo y qué tipo de información es la que más le interesa a nuestro público interno.